Karina Cartaginese / Un rayo hacia la tierra





La manera de acercarse buey deviene solo sin más 
que un ojo deletreando sin memoria 
instantáneo demorar.






Usina



Convocar a una hélice 
para perderse en las corrientes del sí 
y encontrar lo que está
viniendo en un sistema solar creado para la ocasión 
los vientos soplan a favor de nuestras naves 
aunque la brújula en apariencia perdió sentido 
en lo arremolinado de no morar
hay una mezcla un elíxir 
para transfundirse en las venas y seguir
en los mapas donde hay geografías cóncavas  
todo se desgaja y abre selva 
en los mandalas eólicos de hoy 
se ventilan plumas de futuros vuelos
usando una vez más la densidad para fluir
en un ventilador de una tarde de verano 
rodando en la velocidad de una turbina
hacia todos los lugares que fabrican lugares.





Licor brillantino




Se durmió entre las flores, entregó al suelo retazos de su cuerpo, que cada tanto cambiaba de lugar. La humedad de las lluvias le emborrachaba los pulmones y las raíces. Se lamía el tiempo en el cuerpo. Loma felina se desperezaba y ronroneaba hasta la hipnosis. Recibía abrazos que la exprimían como naranja dulce. Cuando escuchaba el murmullo de los brotes, pujando desde el útero de la tierra, o el deslizar de los hilos enhebrando nuevas anatomías, ese era el día. El día del baile. Del baile y la cosecha. Y ella era, su semilla. 




Mu




La neblina destiñe el sueño de las vacas huesos de la dalia de Dalí ganados en las apuestas clandestinas de los ojos el truco fuera de foco y el mago desaparece dentro de las fauces oscuras de un león de luz o del flash de una cámara que quiso fotografiar los fantasmas de la sopa madrugada en el desayuno de las letras la leche es una mezcla de anilinas arcoiris y colibríes por el pasto ruedan cascabeles hechos con cráneos diminutos entreteniendo el insomnio de los gatos que escriben por las noches solo quedan algunas manchas en blanco y negro y la papa de una dalia para plantar en un jardín.








Fuga de buey







Ramificaciones fluorescentes de flores parpadean la pradera de un sol girando en sentido contrario brota un rayo hacia la tierra y germina latidos en una distorsión del camino sonidos de sexo electromagnético descampan lo carcomido en el caracú de un  hueso xilofón un pájaro hace nido en las ramas luminosas clarividentes de la veracidad voraz del silencio que se verifica nómade de sentido y alterna el altar para despuntar la puntería rizomática se bifurca en la fruta y en la flor libada por el ojo manso.







Acanelada




Acanelada el hada acarrea sueños de manzanas deliciosas que invitan a hincar el diente que astilla el azúcar y endulza la grieta atoneladas las alas se le desprenden de los cuerpos sembrando terrones en lo terreno rebotando agitando en las paredes de los lados dados acá y allá anhelan la rama del aroma canela donde brotan los hojaldres de los ojos llenos de ojalá.

Aladas lenguas acaramelan el aroma que corre atravesando el olfato espolvoreados de canela los ángeles se visten de hojaldre para los casamientos y los gallos madrugan en la tinta que acarrea el sueño a toneladas la tierra se duerme los pájaros guardan sus alas por estos lados se abren las hadas en las bocas manzanas para morder ojalás.








El hada amamantó al ternero del primer diente con leche acanelada mientras acarreaba las alas de los ángeles que se  desprendieron en delicias hojaldradas en los ojalás del casamiento del ojal saldrá salitre caramelo cazado por los querubes para la urgencia del sexo de la luna dulce de los amantes.

Los gallos cantan los ecos de los primeros orgasmos engarzados entre los dedos y de las piernas de los amantes se desprenden perlas o diminutos huevos confitados de los que se alimentan para la multiplicidad de las mariposas que aletean en las pestañas de los ojos del sexo hojaldrado de mil pieles corridas por los canales del deseo que se despluma hada ángel gallo.








Alado el eco acuenca en el canal del caracol donde brota la flor las voces enmudecieron por parir las veces que los amantes despluman los astros y guardan su primer brote de pluma la primera vocal siempre virgen de la voz y el amor y el diente primero para la manzana mitad cielo mitad tierra.

El ternero hojaldrado entre las sábanas amamanta la cría de los orgasmos que rondan a las hadas los ángeles y las mariposas que rondan a los amantes de mil pieles lenguas.

Los ecos del canto de los gallos propagan las voces del goce donde el cuerpo de la noche es campo madrugado acarreando toneladas de cielo tierra y sueño.




karina cartaginese
fuga de buey, modesto rimba, 2018




Karina Cartaginese (22 de febrero, 1971). 

Publicó los libros Ellas (Ediciones La Parte Maldita, 2013) y Nos comenzamos (Huesos de Jibia, 2016);  las plaquetas de poesía Dedicados (Ed. independiente, 2017) y Brevas (Taller Perronautas, 2017). Participó en las antologías Ama-Zonia 3.0 (Pájarosló Editora, 2008), Pájaros en la frente (Pájarosló, 2011), Exit 75 (proyecto Tori Amos, 2015). Textos suyos se encuentran en diversos sitios y revistas literarias como Transtierros, Lak-Berna, Vía Combusta, El Infinito Viajar, Zorzalita, La Avispa, Siete Borreguitos y Tendé, entre otros. Varios poemas suyos fueron hechos canción por Valeria Pagola y Maxi Silva. Es bailarina. Actualmente vive en José C. Paz, Pcia. de Buenos Aires. 




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