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Mostrando las entradas de junio, 2019

François Le Merk / Imaginando el futuro cercano

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ROCK IS DEAD! Una crítica musical del disco Humanz  (Gorrillaz ,2017) L as razones del conflicto entre el cantante Damon Albarn y el dibujante Jamie Hewlett no quedaron del todo claras. Poco después de haber lanzado el disco “The Fall” en 2011, anunciaron su separación. Sin embargo, se reconciliarían, y anunciarían el lanzamiento de un nuevo disco para el 2017: “Humanz”. Gorillaz fue un concepto novedoso para la primera década del 2000: una banda de dibujos animados con cuatro integrantes ficticios, cada uno con una historia personal. Este trabajo se lo debemos a Jamie Hewlett, co-creador y genio indiscutible de la agrupación. Inspirado por el mundo del comic, dibujó a 2D (cantante), a Murdoc Niccals (bajista), a Noodle (guitarrista) y a Russel Hobbs (baterista). “Siempre quisimos destacar los estereotipos de las estrellas de rock, y quizás hacerles vivir las vidas de estrellas de estrellas pop de verdad. Pero al final no sucedió así, porque terminaron teniendo person

María Rosa Maldonado/ La fragua del develamiento

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Una lectura del libro  La soledad de los anhelos S iento que, en La soledad de los anhelos, hay un diálogo. Un “otro”, que subyace en la poeta misma. El poema, aun el más breve, parece comenzar con una pregunta o interpelación  implícita. La búsqueda de una revelación presentida. Sentida. A quién se le habla para que responda? Para que confirme la verdad de la contradicción. El poema ha llegado al lugar donde la poesía descubre y muestra su presa: la presencialización de lo presente mediante un lenguaje que ha perdido –deliberadamente- toda retórica, todo decorado.   Poemas breves en los que prevalece una visión referida a la naturaleza de las emociones y sus manifestaciones que, con una delicada capacidad para asir el instante, se eleva por encima de la engañosa ligereza. Brevedad e intensidad son, en estos poemas, la fragua del develamiento.  Es tradición considerar que razón y emoción son las fuentes generadoras del arte. Pero, buscado voluntariamente o no, se suscita

Elena Irurzun / En mi barrio

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En mi barrio, las casas eran todas distintas. La nuestra tenía dos paredes de ladrillo. En la esquina estaba la heladera que habíamos recogido de la calle. Entre las paredes y la chapa del techo entraba el cable que venía de la casa de don Cosme, nuestro vecino. El resto era de madera y la puerta de cartón, más una tela que mamá había puesto. Durante el día, los colchones estaban apilados en un rincón y así había espacio para la mesa en la que ella preparaba la comida para nosotras, el bebé y don Cosme. - El amor se demuestra en cuán chiquito podés cortar la comida- decía- y el agradecimiento también.  El vecino había perdido todos los dientes en las peleas clandestinas así que a mí me tocaba llevarle las sopas y papillas que mamá le preparaba a cambio del afilado de los cuchillos. Volvía rápido para ayudar con el bebé. A veces iba al colegio, pero casi todos los días la acompañaba a buscar cosas en la calle.  Cuando conseguía algún trabajo, el bebé y yo nos quedábamos en la casa

Malevo Sollozante / De un domingo gris

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L a situación de la familia de Rocío era desafortunada. El padre golpeaba a la madre, tanto así que, en la espera del hijo menor, se vieron obligados a adelantar el parto debido al maltrato físico. La mujer no pudo soportar más golpizas, y el bebé nació en la bañera con el pecho deformado.             Gracias a su hermano mayor, Rocío se interesó por la música desde temprana edad. Estudiaría la música cubana tradicional, el movimiento hippie de los sesenta, el punk nacional, el tango y otras variantes de world music. Comenzó a cantar a los once años, y, pasado el tiempo, tocaría la guitarra e interpretaría sus propias canciones. En un principio se juntaba con los amigos de su hermano, consumidores y borrachos que se paraban de mano con cualquiera que, ante sus ojos, los mirara con prejuicio. Rocío no participaba de esos actos de violencia, y tampoco sentía atracción hacia las drogas. Repitió tres años de secundario, y, a los veintiuno, fue a parar a un acelerado para adulto